Liberación del espíritu
El azul pesado de la noche
se monta sobre el río,
que se ha vuelto
un manto enlutado
en el que divaga mi espíritu
Refleja las luces brillantes
de la energía escondida
en el interior de la luna
y que ahora siento
atravesando mi cuerpo
Y en él se proyecta el río
con una multitud de faroles
que se paran muy firmes
como soldados que custodian
su presencia etérea
Allí mi espíritu abandona
el manto de seda negro
que lo torturaba,
para acercarse
a la humanidad
a través
de unos ojos verdes brillantes,
de una cabellera negra,
de una sonrisa tímida,
que me ofrece mi amada,
y que logra liberar las caricias
que viven en la luz
blanca de las estrellas
que me hacen uno con el mundo
Etiquetas: poemas
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