Preso
Solo y lejano.
Sin escape,
pero, ¿libre?
Y allí estancado.
Necesito vivir,
pero la vida
no me pertenece.
Desesperado.
¡Grito!
¡Corro!
Me desarmo.
La noche aparta
a mi vida.
Mi cuerpo,
ahora, mutilado.
Sin pies,
ya que no corren.
Sin manos,
ya que no tocan.
Sin voz,
ya que no habla.
Y sólo
desespero
inútilmente
preso
por mi silencio.
Etiquetas: poemas
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