Aquí encontraran comentarios sobre cine, sobre el BAFICI, mis trabajos literarios y muchos randómicos pensamientos. ¿Por qué "Oda a la melancolia"? Por esos momentos del arte, que son a la vez tristes y bellos. Las perdidas que dejan una huella. Y sobre todo, por la bella oda de John Keats, donde la melancolia es cuestionada y no es celebrada. Porque no debe ser el instalarse en el dolor. Porque debemos enfrentar nuestra realidad y terminar con aquello que nos frena.

jueves, octubre 12, 2006

Propuesta Inicial

Este espacio estará destinado, por lo menos ese mi deso, en principio, a reunir y compartir mi producción literaria. Por lo pronto publicare algunos poemas y pequeños relatos de mi autoria.
Mi proyecto es en realidad bastante más grande, estoy trabajando en dos novelas (que aún no pasan de sus primeras páginas) y en una obra de Teatro (que por ahora es mero proyecto). Y mi deseo es ir publicando, según vayan avanzando mis trabajos, algunos capitulos o escenas.
Me gustaría mucho recibir criticas de quienes lean mis trabajos, ya que me son en extremo útil. Porque son una gran ayuda al momento de hacer correcciones, suelo corregir mucho mis textos y mi mirada sobre mi trabajo es muy diferente de la que tiene quien lo lee, por esto me ayuda mucho cualquier comentario.
Eso es todo, ahora me gustaria recordarles un hermoso fragmento de "El Rincón Feliz" de Henry James. Y ojala que podamos construir aquí también un rincón feliz,
"si algo me hubiera apartado de todo aquello entonces, necesariamente, mi vida y mi forma de ser habrían sido diferentes. Yo me hubiera quedado aquí... si hubiera sido posible; además, yo era demasiado joven, 23 años, para juzgar tan a ligera, si era siquiera posible. De haber esperado, tal vez, hubiera comprobado que sí lo era, y entonces, al haberme quedado aquí, ahora estaría más cerca de esos tipos que han sido tallados con tanta dureza, a esos tipos que las circunstancias los han hecho tan recios. Tampoco es que los admire tanto: la cuestion de si tienen aalgún encanto o no, o si tienen, para ellos, algún encanto las circunstancias en las que se mueven [...] De lo que se trata es del desarrollo imaginario (perfectamente posible, por otro lado) que hubiera podido seguir mi naturaleza, y que no ha seguido. Se me ocurre pensar entonces que yo tenía oculto muy dentro de mí un extraño alter ego, del mismo modo que se contiene en el tenso y diminuto capullo una flor en todo su esplendor, y que cuando decidí por qué derrotero habría de marchar mi vida, lo que hice fue transferir mi otra personalidad a un clima en el que se agostó para siempre.
- Y a usted le intriga saber como habría dido su flor -dijo la señora Staverton-. A mí también, si le intera saberlo; llevo varias semanas preguntandomelo. Yo creo en la flor -prosiguió- me da la sensación de que hubiera sido una flor esplendida, enorme y monstuosa.
-¡Sobre todo monstuosa! -respondió el visitante-; y me imagino que, por ello mismo, asquerosa y repugnante".

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Oda a la Melancolia

No, no, no acudas al Leteo, ni exprimas el zumo ponzoñoso del acónito, de raíces apretadas; ni permitas que tu frente palida sea besada por la dulcamara, la vid color rubí de Prosperina; no hagas tu rosario con las bayas del Tejo, ni dejes que el escarabajo y la mariposa calavera se conviertan en tu psiquis tortuosa; ni que el buho de plumón suave comparta los misterios de tu tristeza; pues sombra a sombra la somnolencia se tornará demasiado profunda; y acabará por anegar la angustia vigilante del Alma.

de Oda a la Melancolia
de John Keats
(Trad. de Ricardo Baeza)

ODA A LA MELANCOLÍA
(sí, de nuevo, pero otra traducción, y esta vez la versión completa)

1
No vayas al Leteo ni exprimas el morado
acónito buscando su vino embriagador;
no dejes que tu pálida frente sea besada
por la noche, violácea uva de Proserpina.
No hagas tu rosario con los frutos del tejo
ni dejes que polilla o escarabajo sean
tu alma plañidera, ni que el búho nocturno
contemple los misterios de tu honda tristeza.
Pues la sombra a la sombra regresa, somnolienta,
y ahoga la vigilia angustiosa del espíritu.

2
Pero cuando el acceso de atroz melancolía
se cierna repentino, cual nube desde el cielo
que cuida de las flores combadas por el sol
y que la verde colina desdibuja en su lluvia,
enjuga tu tristeza en una rosa temprana
o en el salino arco iris de la ola marina
o en la hermosura esférica de las peonías;
o, si tu amada expresa el motivo de su enfado,
toma firme su mano, deja que en tanto truene
y contempla, constante, sus ojos sin igual.

3
Con la Belleza habita, Belleza que es mortal.
También con la alegría, cuya mano en sus labios
siempre esboza un adiós; y con el placer doliente
que en tanto la abeja liba se torna veneno.
Pues en el mismo templo del Placer, con su velo
tiene su soberano numen Melancolía,
aunque lo pueda ver sólo aquel cuya ansiosa
boca muerde la uva fatal de la alegría.
Esa alma probará su tristísimo poder
y entre sus neblinosos trofeos será expuesta.


Versión de Gabriel Insuasti

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